La litiasis renal, comúnmente conocida como cálculos renales, es una condición en la que se forman depósitos sólidos de minerales y sales en los riñones. Estos cálculos pueden variar en tamaño y causar dolor considerable. Aunque muchos casos se resuelven sin necesidad de cirugía, en ciertos escenarios puede ser imprescindible intervenir quirúrgicamente.
La litiasis renal ocurre cuando ciertos minerales, como el calcio o el ácido úrico, se concentran en la orina y forman piedras en los riñones. Estos cálculos pueden ser pequeños como un grano de arena o tan grandes como una perla. Dependiendo de su tamaño y ubicación, pueden causar síntomas leves o graves.
Existen diferentes tipos de cálculos renales, que incluyen:
No todos los cálculos renales requieren cirugía. De hecho, la mayoría de ellos pueden expulsarse naturalmente con el tiempo. Sin embargo, una intervención quirúrgica puede ser necesaria en los siguientes casos:
Si un cálculo mide más de 6-7 mm de diámetro, es muy probable que no pase por el tracto urinario por sí solo y pueda requerir cirugía para su extracción.
Cuando el dolor es severo, persistente y no responde a los analgésicos, una cirugía puede ser la opción recomendada para aliviar el sufrimiento del paciente.
Si el cálculo bloquea el flujo de orina, puede causar daño renal e infecciones graves. En estos casos, una intervención inmediata es esencial para prevenir complicaciones mayores.
La presencia de una infección, combinada con cálculos renales, puede provocar sepsis, una complicación potencialmente mortal. En este escenario, se requiere cirugía de emergencia para eliminar el cálculo y tratar la infección.
Existen diferentes tipos de cirugías para eliminar los cálculos renales, dependiendo de su tamaño y ubicación:
Este procedimiento utiliza ondas de choque para romper los cálculos en fragmentos más pequeños, permitiendo que pasen a través de la orina. Es una técnica no invasiva y es ideal para cálculos de tamaño moderado.
Este método se utiliza para cálculos grandes. Implica la inserción de un pequeño tubo directamente en el riñón para extraer o romper el cálculo. Es más invasivo, pero efectivo para casos complicados.
Un endoscopio delgado se inserta en la uretra y la vejiga para alcanzar el cálculo en el uréter o riñón. Luego, el cálculo se rompe o extrae, según su tamaño. Es menos invasiva que la nefrolitotomía.
Antes de la cirugía, los médicos pueden optar por tratamientos menos invasivos, como medicamentos bloqueadores alfa que facilitan la expulsión del cálculo al relajar los músculos urinarios, o recomendar cambios en el estilo de vida, como aumentar la ingesta de agua y seguir una dieta baja en oxalato de calcio para prevenir el crecimiento de los cálculos.
Si tienes 40 años o más, es crucial realizar chequeos regulares de la próstata, incluso si no presentas síntomas. La detección temprana de problemas prostáticos puede marcar la diferencia en su manejo. Si experimentas síntomas graves o tienes inquietudes, consulta a un especialista. Puedes agendar una cita con el urólogo en Querétaro Reduan Khattabi Salazar para recibir una evaluación completa y atención especializada.
El Dr. Reduan El Khattabi es un distinguido cirujano urólogo en Querétaro especialista en cirugía de mínima invasión, incluyendo cirugía laparoscópica y endourología.