Consiste en introducir por la uretra (orificio natural) un equipo muy fino que permite visualizar desde el conducto de la uretra hasta la vejiga. Posteriormente, nos deja visualizar el uréter (que se comunica hasta el riñón). Así se puede identificar cualquier piedra y pulverizarla para su eliminación con tecnología láser Holmio.
Todo se lleva a cabo sin presencia de heridas. El paciente permanece hospitalizado de 12 a 24 h posterior al procedimiento y se da de alta a casa sin molestias.
Pueden ser candidatos aquellos pacientes que no tengan complicaciones propias de la enfermedad. Será evaluado por el urólogo en consulta. Los síntomas que contraindican un tratamiento médico sin cirugía son:
Todo aquel paciente que tenga algunos de los síntomas anteriores y que tengan un cálculo menor de 2 cm.